Amortentia la poción que libera los mas bajos instintos. (Molly)

La directora McGonagall fue muy generosa al darme el puesto de prefecto, para que tuviera más libertad a la hora de moverme por el castillo par aseguir con la investigación que el ministerio me había encomendado. Pero no podía negar que las responsabilidades que tal cargo traían consigo, eran algo pesadas. Tener que patrullar los pasillos del castigo a ultimas horas, me quitaban tiempo de análisis de mis notas del día, ya bastante tenia con tener que hacer el trabajo de campo, a lo que no estaba acostumbrado, no solo eso, tenia que hacer las tareas que los profesores me daban, algo que el ministerio había evitado ya que era un alumno mas.

Si era un alumno mas, tenia que aceptarlo, pero eso ya estaba siendo una tortura, no estaba acostumbrado a tratar con gente de mi edad y menos con personas que no me veían como lo que yo era, siempre fui Ryuzaki Rue el detective que todo podía solucionar, nada se escapaba de mis cálculos ni de mis deducciones, pero en Hogwarts, todo era diferente, los que conocían, me escapaban, sabiendo que podía usarlos como herramientas para la información y los que no me conocían bien me desafiaban, para ver que tan bueno era. En verdad una persona normal podía soportar anta hipocresía?.

Si en ese momento me di cuenta, *McGonagall muy astuta la directora de Hogwarts, en darme responsabilidades que me desviarían de mis labores, ella quiere que me mantenga lejos del verdadero objetivo, con el fin de no informarle nada al ministerio, o solo darle pistas sin sentido* si algo entupido por porte de la dirección del instituto, solo retrasaban lo inevitable. Por que era inevitable que yo Elle Lawliet descubriera a los culpables de la masacre de Hogsmade.

Mientras me encontraba caminado por las mazmorras, mi olfato bien entrenado reconoció el olor a Tory. Si era inconfundible aquel olor, era como si los cabellos de Tory se encontraran en el ambiente y me guiaban a donde ella se encontraba. Aquel olor me acompaño hasta llegar a un aula bacía donde una joven de cabellos rojizos se encontraba. Lo extraño de aquella situación, es que estaba trabajando con un caldero, olor que provenía de aquella poción, era como el de los libros nuevos, el césped por la mañana y los cabellos de Tory, una combinación algo extraña, sumándole que me parecía percibir un toque de canela y chocolate en aquel aroma.- Que hace una Hufflepuff, en las mazmorras, sola en un aula bacía y trabajando con una poción a estas horas? – dije cuando ya me encontraba dentro del aula, como prefecto tenia que velar por la seguridad de todos y además encargarme de que nadie merodee el castillo a esas horas.

Mientras todos se dirigían al Gran Comedor a cenar yo tomé otro camino, estaba trabajando en algo: Practicando pociones, pero no cualquier poción, una especial, una por la que cualquier chica moriría por saber hacer, y yo quería aprender... solo porque sí. Me dirigí a las mazmorras cuidando que no me vieran, en silencio, intentando ser invisible hasta para los cuadros en la pared, nadie podía verme ¿Por qué? Por que las aulas vacías debían quedarse vacías en realidad, aunque claro, yo ya había roto algunas normas antes.

Dos garras de hipogrifo, tinta de calamar, agua, espinas de un rosal y todo listo, si lo combinaba todo en el caldero de la manera correcta podía crear Amortentia; la poción del amor, de la pasión...o mejor dicho, de la obsesión, esta poción no generaba amor si no necesidad. Lo había intentado antes, pero no me había salido, era por eso que ahora deseaba lograrla con mucha más determinación.Acomodé todo frente a mi en una mesa que había colocada en el centro del salón, a veces pensaba que esas aulas no estaban en desuso completamente. Vi donde podía encender fuego para el caldero y comencé. Corté lo que tenía que cortar y acomodé todo en el orden que debía ir, poco a poco las fui incluyendo, ponía un ingrediente y movía un poco la poción, al terminar de colocar todo me limpié un poco las manos y después acomodé el fuego a la temperatura que me pareció adecuada.

Y seguí mezclando, hasta que el humo salió en una espiral diferente, muy propia de la poción y la poción comenzó a mostrar su brillo nacarado. Oh si, lo había logrado, nadie podía decir que no fuese lista, por más traviesa que fuera lo inteligente no se me quitaba, aunque el tiempo había pasado un poco más rápido y ahora era tarde. Lluvia, la forma en la que huele cuando esta lloviendo y también cuando termina de hacerlo; pergamino nuevo... el olor comenzaba a hacerse presente... la sopa de mamá, chocolate y, ¿Qué era ese olor? Tan familiar, tan acogedor, tan mío y a la vez tan ajeno... el olor de Louis, si, ese olor que me era tan familiar cuando eramos más unidos, cuando me abrazaba, cuando nos quedábamos dormidos todos los niños Weasley y el junto a mi, era su aroma, vaya, eso estaba mal, ese pensamiento, esa amortentia, ese era de los pocos olores que no deberían estar en una poción de "amor".

Y ya no estaba sola, pasos, los había escuchado pero había hecho caso omiso cuando olí a Louis, pero ahora estaba en la puerta, mientras yo estaba absorta en mis pensamientos así que no era de extrañarse que me sobresaltara cuando me habló. "Atrapada". ¿Y qué quería que le dijera?

-Pues, como tu ya bien lo has dicho: Trabajo en una poción. No eres tan listo para ser un águila ¿no?- Me burlé un poco, yo sabía quién era, lo había visto otras veces e incluso le había hablado pero habían sido unas palabras apenas, era un prefecto. -¿Por qué no me dejas seguir estudiando y hacemos como que esto no pasó? Yo no digo que me dejaste ir y tu no dices que estuve aquí. Suena bien ¿No?- Ese era el problema, justo cuando me dedicaba a estudiar alguien me interrumpía, ¡Si, Molly, eres brillante! Claro, se me había ocurrido algo bastante genial -¿Por qué... Por qué no me dices qué tal? Pruébala, anda, así me voy más rápido ¿No?- Sonreí angelicalmente.

Off: Siento haber tardado tanto, pero me adelantaron exámenes x.x

La joven se veía muy astuta, pero eso no cambiaria que estaba haciendo mi trabajo, para variar. Mientras ella me hacia escuchar su monologo, para ver si lograba salvarse del castigo, por estar fuera de horario en un aula vacía y sobre todo cuando tendría que estar dentro de su sala común. Con pasos lentos y bien calculados, recorrí lo que me faltaba, para llegar hasta donde estaba ella. No reconocía el color de aquella sustancia, por lo que no sabía qué tipo de poción era, pero si podía asegurar que olía muy bien. Rodee la zona de trabajo en la que estaba la chica, una vez estuve más cerca pude reconocerla, era Molly Weasley la hija de mi jefe el ministro de la magia. No sabía mucho sobre ella, solo que era muy conocida por ser una joven picara y traviesa, algo que estaba confirmando. En el momento en que ofreció el probar su poción, me fue fácil saber que lo estaba haciendo enserio, por lo que no me pareció que fuera un veneno, no creía que fuera capaz de querer envenenarme, aun que esa opción nunca se podía descartar.
Tengo que rechazar tu invitación a probar ese brebaje- comente- no creo que tus intención sea envenenarme, pero de todas formas gracias- dije rechazando la proposición de ella- y volviendo al tema de que estés fuera de tu sala común a altas horas de la noche- le dije esta vez mas pensativo y posando uno de mis dedos en mi mentón- no creo que Percy Weasley se alegre de saber que su hija rompe las reglas en Hogwats- comente con una mirada algo siniestra, no con maldad si no que sabía que podía utilizar a Molly para un fin.- que diría la gente si se enterase que la hija del ministro de la magia, no sigue las normas de Hogwarts y desafía a los prefectos y profesores.- dije esperando que ella se lo tomara en serio y dejara de hacer esas bromas picaras- Digamos que eso no sucede ya que tu estancia aquí, es con fines académicos, que nadie se entere de que tu estuviste, en este aula hoy ni nunca- comente tratando de llevar el tema a mi comodidad.- bueno digamos que eso sucede yo que gano?

Luego de decir eso comencé a recorrer con mis dedos, los lomos de los libros en los estantes de la biblioteca que tenía en frente, en ese momento, no quería demostrar superioridad, solo quería dejar en claro quién tenía las de ganar en ese momento. Si digamos que mi egocentrismo siempre me quiere hacer tener la razón, pero las cosas se hacen a mi manera o no se hacen y eso no tiene discusión- aun que pensándolo mejor, creo que lo que tengo que hacer es llamar a McGonagall, o algún profesor para ahorrarme todo este trámite de tener que convencerte de que me hagas un favor.
Al terminar le dedique una mirada penetrante, de esas que analizan el alma, esperando que ella me diera la respuesta correcta y yo sabía cuál era, solo me preguntaba si ella la conocía y si su astucia y picardía temeraria, la llevarían a darme la razón, para no tener que pasarme el resto de la noche en papeleos institucionales de Hogwarts, además de tener la ventaja de poder contar con alguien dentro de la casa de Hufflepuff, para poder hacer mi investigación, más a fondo. No era nada nuevo lo que estaba haciendo, solo estaba utilizando un medio para un fin, como todo buen detective, tenía que utilizar a los infractores, para la información y de esa forma les daría, un poco de libre albedrio a cambio, para que estos estuvieran conformes y a gusto.