Briaga y enamorada *Roxanne & Libree*

Eran aproximadamente las doce de la noche, era un sábado o domingo no estaba segura por que como ya eran las doce... Hacía rato todavía era sábado pero ahora tendría que ser domingo. Tenía todavía mis pantalones de mezclilla y una playera azul puesta, acababa de llegar al castillo después de una increíble noche de borrachera en algún lugar de los jardines. Todo el mundo se movía a mi alrededor, cada paso que daba parecía que volaba. En mi mano derecha tenía una botella casi vacia de Vodka, Absolut. Era mi alcohol favorito, choqué un par de veces contra las paredes antes de poder entrar en el gran Hall, En realidad no sabía exactamente qué estaba haciendo en el lugar y de hecho apenas tenía noción del lugar en el que me encontraba.
A lo lejos pude distinguir la figura de alguien, me parecía que se trataba de una chica, sonreí al pensar que ya estaría castigada por que con mi suerte se trataba de una prefecta, pero no solamente de una prefecta cualquiera si no de la prefecta de Slytherin. Vamos que ya la había cagado pero yo en vez de dar media vuelta y tratar de escabullirme corrí hacia la figura que ahora comenzaba a tener el cabello rojo. "BUAAAAAAAAA!!" Gritaba a todo pulmón mientras me abalanzaba sobre la chica, no se trataba de la prefecta de Slyhterin según parecía, si me di cuenta hasta que me golpe contra ella. Una carcajada enorme salió de mi boca cuando estuve en el suelo. Giré lentamente y me volví a levantar.

Lo siento, pensé que serías otra persona - le dije amablemente pero con el indiscutible tono de chica borracha y con problemas. Solté una carcajada al escuchar cómo hablaba - ya hablo como borrachaaa no necesitas decirlo - seguido de mis últimas palabras le mostré la botella de Absolut que tenía en la mano y sonreí contenta

Estaba en mi cama, dando vueltas, por la ventana podía ver la luna y escuchar la armónica orquesta de ronquidos de algunas de mis compañeras de habitación. Me tapé los oídos con la almohada, pero no era el sonido del sueño de las otras chicas lo que me impedía dormir, así que, con mucho sigilo, me levanté de la cama y me puse mis pantalones vaqueros y un jersey verde a rayas. Salí de mi cuarto, y atravesé la sala común hasta llegar a la puerta y salir. La Dama Gorda se quejó un poco, pero yo solo le saqué la lengua con gesto burlón.

Decidí que esa noche no me arriesgaría para salir del castillo bajando los siete pisos por las escaleras, pues ya tenía algún que otro castigo, así que con cuidado, bajé a la sexta planta y con cuidado de que no me viese el prefecto de Hufflepuff que por allí rondaba, me acerqué al tapiz del caballero loco y lo atravesé, era como un tobogán gigantesco que se deslizaba hasta llegar a las mazmorras. Caí en el frío suele de piedra y solté una sonora carcajada. Me encaminé a la salida de la mazmorra, y salí al vestíbulo.

Nada más llegar, lo que vi, fue una chica que entraba balanceándose y con una botella de vodka en la mano. Sonreí de lado, sin duda alguna, esa chica se lo habría pasado de maravilla. Cuando se acercó un poco más, pude reconocerla, era Sophia, una compañera de casa. Menuda juerga se había tomado la tía. De repente echó a correr y saltó encima mío, eso me pilló desprevenida sin lugar a dudas.
-Joder que daño, menudo placaje nena, uff como hueles, has bebido un poco mucho por hoy ¿cierto?-dije riendo y arrastrándola hacia una aula vacía. Posé un dedo en mis labios en señal de que no hiciera demasiado ruido, aunque en su estado, no sé si sería posible. -Se nota que estás borracha, pero si no quieres ganarte un castigo ejemplar por estar a estas horas de juerga y fuera del castillo no hagas demasiado ruido, yo no es que sea una acatadora de las normas, pero ya tengo mi número de castigos por esta semana.-dije con una sonrisa de lado. - Por cierto tengo curiosidad, ¡quién creías que era?-dije enarcando una ceja.

No puede ser, estaba creando mi mayor vergüenza. Pese a que no conociera a la chica ya sabía el estado en el que me encontraría en la mañana, completamente destrozada por el ejercicio físico además de mis remordimientos por lo que le pudiera decir a la chica. Ya era una completa desobligada que le importaba muy poco lo que pensaran de las palabras que salían de su boca, pero ahora en ese estado era capas, básicamente, de cualquier cosa. No tenía gran resistencia física por lo que me dejé llevar por la chica mientras reía por su comentario, en realidad no lo veía como una ofensa si no como una realidad. Ya en el aula vacía me dejé caer sobre una de las mesas que había, segundos después hice una pequeña mueca ya que el golpe me había parecido fuerte pese a que no sentí ninguna clase de dolor. El sonido del golpe inundó el aula, que claro se vio tapado por mi risa. En cuanto la chica hizo el gesto de que me callara yo no pude más que ponerme mi dedo indice en la boca y sacar un sonido bastante fuerte de "Shhhh" como si estuviera indicando que guardaría silencio.

Dejé caer mi cabello hacia atrás junto con toda mi cara mientras sentía que el mundo se me movía, todo estaba tan borroso y me encantaba moverme para ver como se ponía todo aún más borroso. Dejé crecer mi cabello hasta que tocó el suelo, me sentía que caería de espaldas por lo que con un movimiento, demasiado rápido, me impulsé hacia delante. Nuevamente más pequeñas carcajadas que trataba de ahogar para evitar un castigo. Entonces fue que me giré para ver a la chica, tenía que responderle la pregunta que me había hecho.

- pues una chica - dije con un tono evidente para luego soltar una carcajada, al día siguiente me dolería el estómago de tanto reír. - pensé que serías la insoportable prefecta de Slytherin, no me cae nada bien, se siente demasiado la lombrís de agua puerca.- dije mientras negaba con la cabeza.