conociendo a una aliada

Era un día como todos los demás, nada muy entretenido que hacer, simplemente yo y yo y más yo, aunque claro que con eso me bastaba, no necesitaba a nadie más, yo podía divertirme sola, haciendo lo que fuera, pero hoy tenía ganas de hacer algo diferente, algo que nunca había echo antes, aunque claro que eso no me dejaba con muchas opciones, a mis 15 años ya tenía más experiencias que la misma directora.
Caminé a la sala de los menesteres y pasé tres veces frente a ella, como decían las reglas para que se abriera dije tres veces lo que quería que se encontrara en ella, Después de un mimento una enorme puerta de roble se apareció frente a mi, dentro de la habitacion había un pequeño bar con unas cuantas bebidas y unos sofás; sonreí a mis adentros al ver que había aparecido justo lo que había pedido; aún no sabía muy bien que es lo que iba a ahacer aqui pero por lo tanto tomé un baso y me serví un martini, a continuación me senté en un sofa que estaba en la esquina de la habitación.
No pasó mucho tiempo cuando la puerta aparecio y detras de ella la figura de un chico, sonreí para mis adentros al reconocerlo, no es que lo conociera en sí, pero por lo menos sabía que era buena compañia ya que lo había visto en mi sala común, esperé a que se sentara para después hablar con un tono algo misterioso - veo que me has encontrado - sonreí - ¿o sera que yo te encontré a ti? -.

Sonreí en cuanto vi que volteava para mirarme, me agradaba que me miraban, me gusta ser el centro de atencion de lo que sea que me este rodeando. Le di un largo trago a mi bebida terminandomela y alborote un poco mi cabello.
- bueno, sí, nos encontramos, deben ser cosas del destino - dije sarcasticamente para después soltar una pequeña risa, el chico era apuesto no podía negarlo y sus ojos me tenian entretenida - sí soy de Slytherin ¿acaso no se nota? - sonreí de lado, por supuesto que se notaba que lo era, no sería tan bonita de lo contrario, ni tan educada, ni tan rica y me estaría juntando con esos asquerosos gatos y sangres impuras que rondaban por el colegio, ¡augh! solo el pensarlo me daba nauceas - ¿y se puede que te a traido a mi? - reposé mis codos sobre mis piernas y recargue mi barbilla en mis manos volteando hacia arriba un poco para ver a el chico que estaba delante de m- por ciierto, soy Laorheen Regehr, puedes llamarme Laorheen - dije con algo de ironia, no me gustaba que me pusieran apodos hasta conocer bien a la gente.