Insomnio y encuentros fortuitos (Alucard)

No había dormido en toda la noche, nada de nada; la tarde anterior había recibido una carta de mi abuelo, al parecer habían estado sucediéndose algunos altercados cerca de casa, nada importante según él, pero yo sabía que no me estaba contando ni la mitad de lo que había sucedido... mi abuelo era sumamente previsible.
Suspiré, no tenía nada que hacer así que decidí rondar por el patio interior, ni siquiera había podido desayunar.
Aquellas cosas me afectaban, yo había perdido a mis padres y a mi hermano por unos locos a favor de la hegemonía de la sangre pura... todo aquello me provocaba serias arcadas y unas ganas incontrolables de torturar aquella banda de trolls estúpidos hasta hacerles perder la poca razón que pudiera caber en sus microscópicos sesos.
Inmersa en aquellos pensamientos, sin darme cuenta había llegado al patio interior. Me senté en las escaleras mirando hacia el infinito y con el pergamino, tinta y pluma para responder la carta en la cartera, era consciente de que debía hacerlo pero no quería, no tenía ganas.
Al poco tiempo de estar yo allí apareció un chico; parecía algo más alto que yo y, a juzgar por la cara que llevaba tampoco había dormido demasiado, no quise molestarle pero seguí observándole discretamente.

Aquél chico parecía realmente amable, sin saber quién era al verme se había acercado a saludar y se había sentado a mi lado, no pude evitar fijarme que se trataba de un Slytherin cosa que hizo que me sorprendiera aún más por su amabilidad hacia mí, así que le respondí:
- Bueno, he tenido mejores días, supongo-sonreí, intentando borrar de mi rostro todo rastro de aquellos siniestros pensamientos que llenaban mi mente apenas unos minutos antes- ¿Y a tí, qué te trae por este patio vacío? -pregunté, deseaba ser amable con aquél chico que se me había acercado sólo con la intención de hacerme compañía, o eso parecía, ya que a parte de nosotros dos no había nadie más rondando por allí, tal vez fuera el frío que azotaba el castillo en aquellos días de otoño... la gente prefería estar al calor del fuego de sus salas comunes a salir, aunque a mí nunca me había gustado estar encerrada por mucho tiempo, mi abuela solía enfadarse por ello ya que ella prefería tenerme controlada en casa por vacaciones, demasiado encerrada para mi gusto.

¿Sólo paseando? No tenía cara de estar pasándolo demasiado bien, tal vez eran imaginaciones mías pero parecía llevar una cara parecida a la mía. Me sonrojé cuando me llamó hermosa, me auto- regañé por ser tan transparente y respondí:
- Sólo me traen aquí las ganas de pensar, supongo que de todas formas no hubiera llegado a ninguna conclusión-le sonreí, era simpático realmente, me preguntó si interrumpía algo así que añadí:
- No, en realidad sólo debo escribir la respuesta a la carta que me quitó el sueño, no es nada que tenga una solución así que debo intentar dejar de comerme la cabeza con eso-dije, no podía permitir que mis problemas me sobrepasaran de aquella manera, debía mantenerme serena mientras estuviera en Hogwarts, cuando pudiera ir a casa de mis abuelos entonces hablaríamos.