Planes en movimiento [James Potter]

Tenía aquella carta preparada desde la noche siguiente a la que habló con Declan, sabía que tarde o temprano la necesitaría de escusa para algo y ese día había llegado. La mañana era fría lo que por consecuencia creaba mayores tumultos de gente en los pasillos en busca de calor, para la mayoría un incordio. Para esta joven águila era simplemente una bendición. La concentración de alumnos aumentaba las posibilidades de que sus oídos escuchasen información primordial para su objetivo. Conocer algo acerca de Albus sería improbable, pero con lo proporcionado por su compañero de casa le había dado tenía otras posibilidades.

Ryckard iba de grupo en grupo, algunas veces acercándose con una sonrisa para simular arrimarse por el frío, otras con el pretexto de dar consejos, y hasta meramente para coquetear con alguien del grupo. No pensó que sería fácil, pero el dato le cayó como regalo del cielo mucho antes de lo que esperaba. Oh, las maravillas de las probabilidades y el azar. James Potter, el hermano de Albus, estaba en la lechucería. Cotilleo de un grupo de chicas de Gryffindor que parecían capaces de arrojarle la ropa interior al chico por un poco de atención. Victorioso cambió su rumbo hasta la torre indicada.

El lugar estaba casi vacío y Clow, su gran lechuza negra, lo espera pacíficamente. No abrió sus dorados ojos hasta que el chico la sacó de su lugar predestinado. Aquél animal era quizás tan astuto como el propio Ravenclaw. Ryckard sacó el rollo de pergamino que tenía preparado e hizo lo típico para adjuntar el mensaje con el cuidado de acercarse a propósito al único chico Gryffindor que estaba en la torre. Hecho esto dejó que Clow volase libremente a entregar el mensaje , fingiendo perdida de equilibrio ante un inesperado batir de alas que lo hizo caer a los pies de James.
-Auch, auch. Tengo que conseguir una lechuza más pequeña- Alzó su mirada hacia el gryffindor con aquellos ojos de distintos colores dirigiéndole una suplica de ayuda.