Las cosas buenas llegan de a dos [Lyss y Lyssa]

Era un día perfecto o almenos eso pensaba Lyss mientras caminaba con paso tranquilo por los pasillos del segundo piso, con una ligera sonrisa en sus labios, no tenia porque quejarse, todo iba según lo planeado por su hermana y ella, nada podría detenerlas después de hablar planeado su nuevo objetivo y por ende tomar todo lo necesario para su éxito rotundo, justamente entre sus manos tenía un libro que serviría para la misión, jamás pensó encontrarlo en la sección permitida para el uso de los alumnos, pero este en particular estaba escondido en una de las ultimas estanterías como de quien no quiere ser visto pero estar accesible, acaricio ligeramente el lomo del mismo como si fuera un bebe, no había tenido oportunidad de leerlo, pero ya se hacia una idea de su contenido, si sus investigaciones no fallaban él era la clave para conseguir aquello que anhelaban.

Sin darse cuenta sus pies la llevaron a lo que sería una parte bastante popular del colegio, alumnos iban y venían del lugar, muchos se encontraban conversando entre ellos o estudiando, la verdad es que en particular el lugar no le llamaba la atención, el ruido excesivo siempre había sido molesto para ella y la charla continua de todo el alumnado presente era realmente una muestra de ello, suspiro mientras hacia una ligera mueca en sus labios y saludaba a uno que otro compañero de casa que se encontraban en el lugar, sin otra opción que conseguir un lugar libre y esperar a su gemela, quien al igual que ella estaba buscando el otro elemento necesario para iniciar todo, usualmente buscarían un lugar lejos de la muchedumbre pero si querían que funcionara tendría que levantar menos sospechas de las que pudieran recaer en ellas y que mejor lugar que este “la mente humana es bastante simple, quien pensaría que un par de chicas adolescente harían algo “diferente” en un lugar público” pensó divertida y maliciosa, por suerte sus deseos fueron concedidos pues unos jóvenes se levantaban de una de las bancas quedan hacia una hermosa fuente, sin esperar mucho se encamino hacia ella, esquivando con agilidad todas las personas que estaban a su paso, daba gracias a los entrenamiento de Quidditch que aumentaban sus reflejos sin mucho esfuerzo, podría decirse que era un tanto exagerado el comentario pero solo era el reflejo de lo mucho que le fastidiaba estar con tanta gente a su alrededor.

Le sonrió adorablemente a los jóvenes que se retiraban y se posiciono en la banca como suma elegancia, volviendo la sonrisa a sus labios al estar mucho mas cómoda, se permitió tener un mejor campo de visión del lugar, podía entender porque era popular el lugar, estaba bien ubicado y tenía una hermosa fuente que resaltaba, pero el que estuviera tan lleno le restaba hermosura a todo, quien escuchara sus pensamientos, diría que es una joven antisocial, lo que no era del todo cierto simplemente apreciaba la maravilla del silencio y los lugares tranquilo, y el estar rodeada de personas que ella considere interesantes, no con adolescentes idiotas que no tenían nada mejor que hacer que desperdiciar su tiempo conversando cosas triviales y sin importancia, chasqueo la lengua, segura que de que lyssa la regañaría por ello, de las dos ella era la más “sociable” cosa que le encantaba, pues al ser gemelas idénticas tenía muchos beneficios.

Miro su reloj y observo la hora, su gemela no tardaría en llegar, así que se decidió leer un poco para adelantar y ese era su objetivo cuando escucho un ligero ruido como de algo que choca en el suelo, observo de reojo como al igual que ella un joven aprovechaba que se desocupaba la banca y se sentaba en ella, pensó en ignorarlo como haría usualmente si no fuera por lo que se puso hacer, cosa que le llamo la atención, no por ser algo interesante, sino por lo divertido que resultaba ver a alguien haciendo ejercicios de calentamiento en un lugar como este, era extraño y curioso pero después de ver el cartel que colocaba, entendió su táctica de atracción, y lo felicito mentalmente por ello, una buena maniobra para captar la atención y negó con la cabeza al ver como ella caía fácilmente en la misma “triste para mí, felicidad para él” se dijo mentalmente con diversión, decidió entonces entretener viendo lo que hacia el chico en cuestión para atraer la clientela necesaria para regalar lo que eran –pociones de efecto sorpresa- dijo en voz alta, al ser su vecina de banco sabia que la podía escuchar, después de todo no era que estaban tan lejos, podía ver de reojo como varios alumnos mostraban interés por ir a mirar lo que ofrecía el chico de ravenclaw, porque aunque no había detallado al principio se dio cuenta que era un compañero de casa, si no mal recordaba su rostro le sonaba, pero siempre era así con personas que no captaban su atención en un principio, mal habito que no podía quitar –me pregunto quién vendrá primero la chica hufflepuff o el joven gryffindor, tu que dices?- comento tranquilamente mientras observaba a ambos jóvenes no muy lejos entre sí pero que cada cierto tiempo lanzaban una mirada hacia el cartel del castaño, le sonrió de manera adorable y angelical, el chico no estaba nada mal y parecía una mejor opción para matar el tiempo mientras su gemela hacia acto de presencia, quien quita y podría ser beneficioso para ellas.

Tenía que admitirlo el joven había dado en el clavo, movida por la curiosidad cayó en su pequeña maniobra de atención, se reprocho mentalmente por ello pero lejos de molestarse sintió cierta emoción, le gustaban los retos y más cuando venía de alguien que a leguas se sabía que no era un chico común y corriente, la sonrisa que mostraba hacia las personas que se acercaban a su alrededor era de quien sabía lo que hacía y estaba preparado para mas, era realmente obvio cuando ella o su gemela ponían en práctica el mismo método para conseguir lo que querían –me pregunto si no habrá algún truco detrás de esta pequeño espectáculo- dijo sonriente mientras estudiaba el frasco que estaba en sus manos después de haber sido ofrecido por el joven y le daba pequeñas vueltas mirando como el liquido seguía la dirección –debería intentar entonces adivinar?- respondió con un tono de voz pausado y tranquilo, no tenia realmente interés en saber que había en el frasco, después de todo si quería conseguir algo especial ella misma podría trabajar con las pociones, no por nada era su materia favorita, pero el juego podía ser jugado por dos y sonrió adorablemente mientras lo miraba atender a los potenciales clientes –pero supongo que antes de ello, debería presentarme- prosiguió al ver como la mayoría de los que estaban probando se encontraban en pequeños aprietos –soy Lyss Salvatore- dijo con voz clara, aunque por un segundo se pudo denotar un leve acento italiano, lo miro esperando conocer el nombre de su interlocutor el cual seguía siendo desconocido “prometo para la próxima aprenderme el nombre de mis compañeros, por mas tedioso que sea, molesta estar en la incertidumbre” pensó después de todo siempre era bueno tener un rostro con nombre para futuros encuentros.

Se puso a mirar a los diferentes jóvenes que seguían viniendo a probar las pociones, realmente se preguntaba que tenían en la cabeza al hacer semejante cosa sin tener una idea clara de lo que había en las botellitas traídas por un extraño, pero le resulto entretenido verlo y soltó una pequeña carcajada al ver a la morocha hufflepuff rubia y al gryffindor volador, pensaba hacer un comentario malicioso cuando escucho la voz clara y única de su gemela –no sé porque lo dices, no hay pruebas que certifiquen ese comentario- dijo divertida mientras levantaba la vista y observaba a su gemela con una carita de falsa molestia –sabes muy bien que siempre soy la víctima en esos casos- agrego con cara de niña que no rompe un plato, mientras la miraba, se di cuenta como su hermana posaba su vista en la botella que tenía en la mano –me conoces lyssa, sabes cómo soy, podría intentar adivinar lo que es, tal vez- respondió ante el comentario de Lyssa aunque sabía que su hermana entendía a que se refería – pero mi conocimiento en pociones no es el mejor, así que supongo que tendré que esperar a ver si me dan una pista o puede que tú me ayudes hermana, podemos repartir el premio entre las dos- agrego como si en verdad estuviera interesada en lo que había en la botella y se la pasaba a su hermana para que la observara –que dices? Nuestro compañero aquí presente asegura que podríamos llevarnos una poción “especial” de regalo- le susurro con un tono de voz de interés que estaba lejos de sentir pero que podía imitar perfectamente.