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Malas noticias {valerie}
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Malas noticias {valerie}
Se desabrochó los primeros botones de su camisa con desgana y procedió a aflojarse la corbata. No hacía calor en el castillo, mucho menos en los pasillos donde la corriente de aire era aún mayor que en las aulas pero Scorpius tendía a sentirse asfixiado con facilidad, al menos durante los últimos días. Un grupo de estudiantes de la casa de Hufflepuff pasaron a su lado antes que la puerta del salón más cercano se cerrara y el pasillo quedara en silencio. Había comenzado la segunda clase del día pero el rubio no parecía interesado en revisar su horario, sabía perfectamente que Encantamientos estaba en el tercer piso, que el profesor no toleraba la impuntualidad y lo más importante... que era un imbécil al que no tenía ganas de verle la cara.
El problema no era realmente el profesor, ni siquiera existía un problema tangible era solo el mal humor del que el slytherin hacía gala desde el comienzo de la semana. ¿La razón? La carta que había recibido de su madre. Draco Malfoy no tenía una buena reputación ante la sociedad mágica, algo que se había ocupado en dejar de herencia para su hijo sin apenas mostrar arrepentimiento, pero tampoco gozaba de la aceptación de Scorpius. Desde que podía recordar el slytherin, su casa había estado atestada de secretos y palabras que estaban prohibidas, solo cuando tuvo la edad suficiente como para entender lo que las personas decían de ellos cuando los veían pasar supo cuál era el origen de tanto misterio, o al menos la gran mayoría. El resto lo intuye porque aún cuando le falta poco para recibirse hay cosas de su propio padre y de la historia que a él le tocó vivir que todavía desconoce. Las proezas de los grandes héroes son conocidas por todos, incluso hay algunas canciones que los recuerdan pero hay otras que hasta los mismos historiadores prefirieron olvidar, las acciones de su padre y del resto de los mortígafos son un buen ejemplo. Se sabe que fueron condenados por atentar en contra de la vida de muchos, que la sangre corría por su causa como agua común pero pocos, acaso ninguno esta realmente interesado en saber los detalles de aquellas atrocidades. Scorpius si desea saber pero su padre no parece interesado en reconocer que la marca tenebrosa sigue tatuada en su brazo.
La carta de su madre era para informarle que el próximo fin de semana pasaría a recogerlo. Había muchas cosas que Scorpius detestaba y fingir ser una familia normal era una de ellas ¿Había realmente motivos para hacer una cena en honor de Draco Malfoy? Lo dudaba con la misma intensidad con la que era consciente del aprecio que le tenía a su madre y por lo que no le había contestado con cualquiera de las mil excusas que habían pasado por su mente en el mismo instante en que leyó que el cumpleaños de su padre se aproximaba. Con frecuencia creía que su madre se había creado su propia burbuja de frivolidades para no ver realmente lo que había a su alrededor, incluso tenía casi la certeza de que a su padre tampoco le agradaba la idea de verlo durante el fin de semana pero al menos eso tenía en común, eso y el cariño hacia Astoria que les impedía despedazarse delante de ella.
Dobló hacia la izquierda al llegar a la esquina casi por inercia alejándose aún más la clase de Encantamientos, toda su postura característica seguía allí. Su mueca de soberbia, el caminar elegante pero despreocupado aunque su mente estaba en otro lugar, en la mansión Malfoy y en lo que tendría que soportar allí.
El problema no era realmente el profesor, ni siquiera existía un problema tangible era solo el mal humor del que el slytherin hacía gala desde el comienzo de la semana. ¿La razón? La carta que había recibido de su madre. Draco Malfoy no tenía una buena reputación ante la sociedad mágica, algo que se había ocupado en dejar de herencia para su hijo sin apenas mostrar arrepentimiento, pero tampoco gozaba de la aceptación de Scorpius. Desde que podía recordar el slytherin, su casa había estado atestada de secretos y palabras que estaban prohibidas, solo cuando tuvo la edad suficiente como para entender lo que las personas decían de ellos cuando los veían pasar supo cuál era el origen de tanto misterio, o al menos la gran mayoría. El resto lo intuye porque aún cuando le falta poco para recibirse hay cosas de su propio padre y de la historia que a él le tocó vivir que todavía desconoce. Las proezas de los grandes héroes son conocidas por todos, incluso hay algunas canciones que los recuerdan pero hay otras que hasta los mismos historiadores prefirieron olvidar, las acciones de su padre y del resto de los mortígafos son un buen ejemplo. Se sabe que fueron condenados por atentar en contra de la vida de muchos, que la sangre corría por su causa como agua común pero pocos, acaso ninguno esta realmente interesado en saber los detalles de aquellas atrocidades. Scorpius si desea saber pero su padre no parece interesado en reconocer que la marca tenebrosa sigue tatuada en su brazo.
La carta de su madre era para informarle que el próximo fin de semana pasaría a recogerlo. Había muchas cosas que Scorpius detestaba y fingir ser una familia normal era una de ellas ¿Había realmente motivos para hacer una cena en honor de Draco Malfoy? Lo dudaba con la misma intensidad con la que era consciente del aprecio que le tenía a su madre y por lo que no le había contestado con cualquiera de las mil excusas que habían pasado por su mente en el mismo instante en que leyó que el cumpleaños de su padre se aproximaba. Con frecuencia creía que su madre se había creado su propia burbuja de frivolidades para no ver realmente lo que había a su alrededor, incluso tenía casi la certeza de que a su padre tampoco le agradaba la idea de verlo durante el fin de semana pero al menos eso tenía en común, eso y el cariño hacia Astoria que les impedía despedazarse delante de ella.
Dobló hacia la izquierda al llegar a la esquina casi por inercia alejándose aún más la clase de Encantamientos, toda su postura característica seguía allí. Su mueca de soberbia, el caminar elegante pero despreocupado aunque su mente estaba en otro lugar, en la mansión Malfoy y en lo que tendría que soportar allí.
Invitado- Invitado
Re: Malas noticias {valerie}
El odioso, continuo e insoportable sonido de la advertencia del despertador muggle, que el hermano de la castaña le había regalado hacía varios años, de que llegaría tarde a clases, sonaba desesperadamente en la mañana. No le había servido de nada para que pudiera despertarse… al menos, no para la primera, y más inaguantable hora de aquel día. Aún seguía hecha un ovillo en el revoltijo de sábanas y cobijas con las que acostumbraba dormir, cuando fue la tercera vez que lo escuchó al maldito aparato. Se sentó de mala gana y con cara de pocos amigos, lo apagó con un manotazo, y luego lo arrojó hacia algún lugar de su cama sin la menor importancia de que se rompiera, aunque luego le picó la curiosidad por enterarse de qué hora se trataba, un tanto alarmada. Su corazón le dio un brinco al percatarse de que la primera hora ya había pasado hacía bastante tiempo, y que si no se apuraba, tampoco llegaría a la segunda: Cuidado de Criaturas Mágicas, que ese día compartía con Ravenclaw.
La castaña estiró sus extremidades rápidamente, y tras eso se levantó corriendo al baño. En el trayecto, pudo observar que ninguna de sus compañeras de cuarto se encontraba en él ya. Dio un bufido, para luego morderse el labio inferior, pensando que alguna de ellas podría haber intentado levantarla, pero ninguna lo había hecho. Al llegar al baño, se colocó el uniforme, que ese día lucía un tanto desordenado y desalineado a comparación de cómo solía estar usualmente –ordenado y bien arreglado-. Le dio el toque sexy que tanto le agradaba subiendo un poco más la falda, ya que pensaba que el uniforme era aburrido y horrendo, y luego de lavarse los dientes salió de su habitación rumbo a los jardines, donde sería dicha clase, con el profesor semi-gigante Hagrid. El profesor le agradaba mucho, pero sinceramente, ese día no tenía dudas de que lo que menos quería hacer, era asistir a ella.
Recorrió largas escaleras, e interminables pasillos, ordenando su cabello y alistando su uniforme de Hogwarts, con el escudo de su casa –Gryffindor-, que se encontraba salvaje y para nada acorde con su estilo, ató su brillante y ondulado cabello castaño en una coleta alta, para que disimulara un poco más eso y siguió caminando. Luego se percató de que sus madias largas, hasta casi debajo de sus rodillas, estaban arrugadas y bajas, por lo que tuvo que andar saltando con un solo pie por el pasillo desierto, en vez de detenerse, para acomodárselas y llegar a tiempo.. Estaba haciendo el ridículo para sí misma, era una total humillación para ella.
Ya era la tercera vez en el mes que llegaba tarde a clases, y se ganaría un gran castigo si lo seguía haciendo, así que prefería hacer el ridículo para sí misma, que hacer el ridículo para todos, lavando los baños, porque seguramente ese sería su castigo. Dobló en una esquina hacia la derecha, y se hubiera chocado con cierto rubio si no hubiera frenado atropelladamente para evitarlo – Scorpius- saludó sonriendo a la serpiente que acababa de encontrarse en aquel pasillo.
La castaña estiró sus extremidades rápidamente, y tras eso se levantó corriendo al baño. En el trayecto, pudo observar que ninguna de sus compañeras de cuarto se encontraba en él ya. Dio un bufido, para luego morderse el labio inferior, pensando que alguna de ellas podría haber intentado levantarla, pero ninguna lo había hecho. Al llegar al baño, se colocó el uniforme, que ese día lucía un tanto desordenado y desalineado a comparación de cómo solía estar usualmente –ordenado y bien arreglado-. Le dio el toque sexy que tanto le agradaba subiendo un poco más la falda, ya que pensaba que el uniforme era aburrido y horrendo, y luego de lavarse los dientes salió de su habitación rumbo a los jardines, donde sería dicha clase, con el profesor semi-gigante Hagrid. El profesor le agradaba mucho, pero sinceramente, ese día no tenía dudas de que lo que menos quería hacer, era asistir a ella.
Recorrió largas escaleras, e interminables pasillos, ordenando su cabello y alistando su uniforme de Hogwarts, con el escudo de su casa –Gryffindor-, que se encontraba salvaje y para nada acorde con su estilo, ató su brillante y ondulado cabello castaño en una coleta alta, para que disimulara un poco más eso y siguió caminando. Luego se percató de que sus madias largas, hasta casi debajo de sus rodillas, estaban arrugadas y bajas, por lo que tuvo que andar saltando con un solo pie por el pasillo desierto, en vez de detenerse, para acomodárselas y llegar a tiempo.. Estaba haciendo el ridículo para sí misma, era una total humillación para ella.
Ya era la tercera vez en el mes que llegaba tarde a clases, y se ganaría un gran castigo si lo seguía haciendo, así que prefería hacer el ridículo para sí misma, que hacer el ridículo para todos, lavando los baños, porque seguramente ese sería su castigo. Dobló en una esquina hacia la derecha, y se hubiera chocado con cierto rubio si no hubiera frenado atropelladamente para evitarlo – Scorpius- saludó sonriendo a la serpiente que acababa de encontrarse en aquel pasillo.
Valerie McFly- Prefect@ de Gryffindor
- Mensajes : 197
Fecha de inscripción : 18/02/2012
Re: Malas noticias {valerie}
Tardó algunos segundos en enfocarse en el rostro de la gryffindor que lo observaba. Morena, visiblemente agitada y algo mas desalineada que de costumbre Valerie acababa de girar en la misma esquina que él pero en sentido contrario, por lo que había faltado poco para que ambos chocaran. Sacudió levemente la cabeza para librarse de los últimos pensamientos que lo habían abstraído lo suficiente como para no escuchar los pasos de la chica y se llevó ambas manos a los bolsillos.
- Ten mas cuidado... - había comenzado aún antes de reconocerla con aquel aire de arrogancia que tanto lo caracterizaba, pero enseguida sus facciones se relajaron y su tono de voz se suavizó - Valerie... deberías tener mas cuidado, a este paso no solo te ausentarás de la primer clase de la mañana sino que además terminarás en la enfermería - dijo haciendo alusión al choque que estuvieron a punto de protagonizar. Una media sonrisa se formó en su rostro aunque su mirada seguía algo ausente cuando le colocó uno de los mechones de cabello que le cubría el rostro a la joven detrás de su oreja.
Retrocedió algunos pasos y apoyó su espalda contra la pared con desenfado, no tenía intenciones de ir a ningún lugar en particular excepto al campo de quidditch pero aquello llamaría demasiado la atención y no estaba de humor para dar explicaciones a ningún profesor. Tal vez pudiera romperse algún hueso antes del fin de semana, esa sería la excusa perfecta para no asistir a la dichosa cena pero Scorpius no era de los que evadían los problemas, por el contrario era un kamikaze. Y por sobre todo jamás sería un cobarde como su padre.
- ¿Alguna justificación por la que no deba quitarte puntos por estar fuera de clase y haciendo disturbios por los pasillos? - preguntó con ironía señalándole su placa de prefecto, aunque lo último que tenía en mente era llevar un reporte al jefe de casa en ese momento.
- Ten mas cuidado... - había comenzado aún antes de reconocerla con aquel aire de arrogancia que tanto lo caracterizaba, pero enseguida sus facciones se relajaron y su tono de voz se suavizó - Valerie... deberías tener mas cuidado, a este paso no solo te ausentarás de la primer clase de la mañana sino que además terminarás en la enfermería - dijo haciendo alusión al choque que estuvieron a punto de protagonizar. Una media sonrisa se formó en su rostro aunque su mirada seguía algo ausente cuando le colocó uno de los mechones de cabello que le cubría el rostro a la joven detrás de su oreja.
Retrocedió algunos pasos y apoyó su espalda contra la pared con desenfado, no tenía intenciones de ir a ningún lugar en particular excepto al campo de quidditch pero aquello llamaría demasiado la atención y no estaba de humor para dar explicaciones a ningún profesor. Tal vez pudiera romperse algún hueso antes del fin de semana, esa sería la excusa perfecta para no asistir a la dichosa cena pero Scorpius no era de los que evadían los problemas, por el contrario era un kamikaze. Y por sobre todo jamás sería un cobarde como su padre.
- ¿Alguna justificación por la que no deba quitarte puntos por estar fuera de clase y haciendo disturbios por los pasillos? - preguntó con ironía señalándole su placa de prefecto, aunque lo último que tenía en mente era llevar un reporte al jefe de casa en ese momento.
Invitado- Invitado
Re: Malas noticias {valerie}
La castaña miró con el ceño fruncido al Slytherin, al comenzar la frase; el nunca la trataba con esos modales. No a ella. Supuso que no se había percatado de quién se trataba, así que no le había prestado demasiada atención a aquello. Años atrás habían ganado su confianza mutuamente, y desde entonces eran amigos. La leona se mordió el labio inferior, reprendiéndose mentalmente a sí misma, por ser tan despistada como lo estaba siendo en aquellos momentos, y casi matar al rubio con el que casi había estado a punto de chocarse, momentos antes –Sí, lo sé. Discúlpame, Scorp. Ando apurada, y algo distraída – comentó, para luego soltar un suspiro de cansancio. Le dedicó una sonrisa de calidez, y pasó una mano por las puntas de su cabello, para que no estuvieran tan alborotadas.
Al pasar la mano por su cabello, los libros que sostenía en ambas manos, perdieron el equilibrio que antes tenían, y estarían ya en el piso de no haber sido porque la castaña tenía buenos reflejos, y pudo sujetarlos antes de que se cayeran. Definitivamente, ese no era su día, ni su semana. Pero era mejor relajarse, si no quería terminar de un humor insoportable, como solía ponerse cada vez que todo le salía mal.
Por unos segundos, se dedicó a observar al pelirrubio. Este había dado algunos pasos, hasta apoyarse contra la pared. Valerie se posicionó en frente de él, a una considerable distancia, pero no para estar tan lejos. Los pasillos estaban desiertos, y no había ninguna razón para gritar. Aún faltaban diez minutos, más o menos, para que empezara la segunda clase, podía quedarse al menos 5 minutos más platicando con el Slytherin, que hacía bastante tiempo no veía en otro lugar que no fuera el Gran Comedor, a la hora de la cena o almuerzo. Ahora que lo miraba detenidamente, el chico lucía aún más pálido de lo habitual, y sus facciones lucían más duras. – ¿Te encuentras bien, Scorp? – preguntó, con un dejo de preocupación en su voz y la nariz ligeramente arrugada.
La castaña rió, ante lo que Scorpius preguntó – No, la verdad no tengo ninguna justificación razonable- admitió la chica de Gryffindor, luego de simular haber pensado varios segundos. Miró su propio aspecto reprobatoriamente, y al escuchar lo que ella misma había dicho, entendió lo mal que sonaba – Me he quedado dormida, no dormí muy bien – añadió, sacando algunas arrugas que tenía su túnica – ¿Y tú, Scorpius? ¿Tienes alguna justificación?
Al pasar la mano por su cabello, los libros que sostenía en ambas manos, perdieron el equilibrio que antes tenían, y estarían ya en el piso de no haber sido porque la castaña tenía buenos reflejos, y pudo sujetarlos antes de que se cayeran. Definitivamente, ese no era su día, ni su semana. Pero era mejor relajarse, si no quería terminar de un humor insoportable, como solía ponerse cada vez que todo le salía mal.
Por unos segundos, se dedicó a observar al pelirrubio. Este había dado algunos pasos, hasta apoyarse contra la pared. Valerie se posicionó en frente de él, a una considerable distancia, pero no para estar tan lejos. Los pasillos estaban desiertos, y no había ninguna razón para gritar. Aún faltaban diez minutos, más o menos, para que empezara la segunda clase, podía quedarse al menos 5 minutos más platicando con el Slytherin, que hacía bastante tiempo no veía en otro lugar que no fuera el Gran Comedor, a la hora de la cena o almuerzo. Ahora que lo miraba detenidamente, el chico lucía aún más pálido de lo habitual, y sus facciones lucían más duras. – ¿Te encuentras bien, Scorp? – preguntó, con un dejo de preocupación en su voz y la nariz ligeramente arrugada.
La castaña rió, ante lo que Scorpius preguntó – No, la verdad no tengo ninguna justificación razonable- admitió la chica de Gryffindor, luego de simular haber pensado varios segundos. Miró su propio aspecto reprobatoriamente, y al escuchar lo que ella misma había dicho, entendió lo mal que sonaba – Me he quedado dormida, no dormí muy bien – añadió, sacando algunas arrugas que tenía su túnica – ¿Y tú, Scorpius? ¿Tienes alguna justificación?
Valerie McFly- Prefect@ de Gryffindor
- Mensajes : 197
Fecha de inscripción : 18/02/2012
Re: Malas noticias {valerie}
Aún con la espalda pegada a la pared observó a la morena en silencio, como intentaba domar su cabello sin obtener grandes resultados y los malabares que hizo para que los libros que cargaba no terminaran esparcidos por el suelo. Sus movimientos habían sido ágiles y precisos, estaba claro porqué pertenecía al equipo de quiddtich aunque Scorpius creía que que ocupando el lugar de buscador la casa de los leones podría sacar mayor provecho de ella. Eso era motivo suficiente para que él omitiera realizar aquella sugerencia en voz alta, no tenía intenciones en que los gryffindor mejoraran sus estrategias.
La joven había mencionado que estaba apurada y él no tenía intensiones de retrasarla por lo que la pregunta de ella hizo que la mirara con extrañeza. Pocas eran las personas que le hacían preguntas a nivel personal por la simple razón de que a nadie mas que a él le incumbían sus propios asuntos, aún así evaluó la expresión de Valerie en busca de algo que le indicara si había sido una pregunta genuina o una simple formalidad.
- Perfectamente - dijo al fin encogiéndose de hombros, ella parecía sincera pero dudaba realmente que alguien en el castillo tuviera ganas de escuchar sobre Draco Malfoy, y él no estaba de humor para soportar las reacciones que ese nombre solía causar en sus compañeros - ¿Acaso no lo parece?
Apoyó uno de sus pies sobre la pared y levantó el mentón con arrogancia mientras formulaba la pregunta, luego chasqueó la lengua y volvió a su postura anterior. Fue inevitable que su mente vagara libremente por lugares poco decorosos cuando Valerie reconoció no tener ninguna excusa razonable. Desde ese punto de vista su apariencia estaba completamente justificada al igual que la manera abrupta en la que se habían encontrado aunque no se veía sonrojada ni especialmente acalorada. Enarcó una ceja con interés justo antes de que ella continuara con su explicación.
- Por lo general que no te dejen dormir de noche es un buen signo - la miró con complicidad para luego agregar con fingido asombro - no creí que te gustara hablar de este tipo de cosas tan... abiertamente Valerie, pero debo admitir que es una sorpresa agradable.
Recorrió con la mirada el cuerpo de la gryffindor esta vez sin el aire ausente que había tenido con anterioridad y sin molestarse por disimular - Yo no necesito justificarme - lo dijo como si fuera una obviedad - simplemente no me apetece entrar a clases habiendo tantas cosas infinitamente mas interesantes que eso. Pero nunca digas que un prefecto te lo dijo. - le guiño el ojo con complicidad.
La joven había mencionado que estaba apurada y él no tenía intensiones de retrasarla por lo que la pregunta de ella hizo que la mirara con extrañeza. Pocas eran las personas que le hacían preguntas a nivel personal por la simple razón de que a nadie mas que a él le incumbían sus propios asuntos, aún así evaluó la expresión de Valerie en busca de algo que le indicara si había sido una pregunta genuina o una simple formalidad.
- Perfectamente - dijo al fin encogiéndose de hombros, ella parecía sincera pero dudaba realmente que alguien en el castillo tuviera ganas de escuchar sobre Draco Malfoy, y él no estaba de humor para soportar las reacciones que ese nombre solía causar en sus compañeros - ¿Acaso no lo parece?
Apoyó uno de sus pies sobre la pared y levantó el mentón con arrogancia mientras formulaba la pregunta, luego chasqueó la lengua y volvió a su postura anterior. Fue inevitable que su mente vagara libremente por lugares poco decorosos cuando Valerie reconoció no tener ninguna excusa razonable. Desde ese punto de vista su apariencia estaba completamente justificada al igual que la manera abrupta en la que se habían encontrado aunque no se veía sonrojada ni especialmente acalorada. Enarcó una ceja con interés justo antes de que ella continuara con su explicación.
- Por lo general que no te dejen dormir de noche es un buen signo - la miró con complicidad para luego agregar con fingido asombro - no creí que te gustara hablar de este tipo de cosas tan... abiertamente Valerie, pero debo admitir que es una sorpresa agradable.
Recorrió con la mirada el cuerpo de la gryffindor esta vez sin el aire ausente que había tenido con anterioridad y sin molestarse por disimular - Yo no necesito justificarme - lo dijo como si fuera una obviedad - simplemente no me apetece entrar a clases habiendo tantas cosas infinitamente mas interesantes que eso. Pero nunca digas que un prefecto te lo dijo. - le guiño el ojo con complicidad.
Invitado- Invitado
Re: Malas noticias {valerie}
La castaña escuchó su respuesta distraídamente, realmente estaba cansada y no podía prestarle demasiada atención a nada. Bostezó silenciosamente cubriéndose la boca con la mano, ahora que había encontrado el equilibro perfecto de sus libros en el otro brazo. Luego siguió intentando peinar su cabello pasando sus dedos entre sus mechones, para sacar algunos nudos que se habían formado en él.
Negó levemente, como respuesta a su última pregunta. Su aspecto no era tan elegante como siempre, ella podía notar aquello. Se encogió de hombros restándole importancia – ¿De verdad? Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites – aclaró, solo por las dudas. No tenía intención de parecer una pesada, pero realmente quería que el chico supiera que ella estaría allí cuando la necesitara.
Le miró con ambas cejas enarcadas, sus mejillas acababan de tomar un color más fuerte del que siempre se notaba; se había sonrojado ante aquello. un tanto ofendida porque no le hubiera comprendido bien, puso el brazo libre en su cintura. – No, Scorpius, tú sabes que no me refería a eso – dijo seriamente, mordiendose el labio inferior por lo que debía decir.
Valerie era extrovertida, y no temía a sacar sus emociones al exterior, pero tampoco para hablar de… eso, tan abiertamente como el le estaba diciendo en aquel momento; tenía sus limitaciones el charlar con alguna persona, y más si no era alguien con quien tenía extrema confianza, como Becca, que era como su hermana, y no temía en contarle cada detalle de su vida.
Enarcó una ceja, elegantemente ante aquello que había dicho el pelirrubio pocos segundos atrás, y le devolvió el guiño del ojo, para que supiera que no le diría a nadie. Dejó escapar una pequeña risa por sus labios y miró distraídamente hacia el otro lado del pasillo. Verdaderamente, tenía muy pocas ganas de ir a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas; le parecía una pérdida de tiempo ¿Cuándo jugaría con dragones? No sabía siquiera por qué la había tomado. Era simplemente una asignatura molesta.
- ¿Y qué harás ahora? – pregunto, jugando con su cabello, ahora que estaba más ordenado que antes. Golpeó con sus dedos los libros que llevaba en el brazo de todas las asignaturas que tendría ese día.
Negó levemente, como respuesta a su última pregunta. Su aspecto no era tan elegante como siempre, ella podía notar aquello. Se encogió de hombros restándole importancia – ¿De verdad? Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites – aclaró, solo por las dudas. No tenía intención de parecer una pesada, pero realmente quería que el chico supiera que ella estaría allí cuando la necesitara.
Le miró con ambas cejas enarcadas, sus mejillas acababan de tomar un color más fuerte del que siempre se notaba; se había sonrojado ante aquello. un tanto ofendida porque no le hubiera comprendido bien, puso el brazo libre en su cintura. – No, Scorpius, tú sabes que no me refería a eso – dijo seriamente, mordiendose el labio inferior por lo que debía decir.
Valerie era extrovertida, y no temía a sacar sus emociones al exterior, pero tampoco para hablar de… eso, tan abiertamente como el le estaba diciendo en aquel momento; tenía sus limitaciones el charlar con alguna persona, y más si no era alguien con quien tenía extrema confianza, como Becca, que era como su hermana, y no temía en contarle cada detalle de su vida.
Enarcó una ceja, elegantemente ante aquello que había dicho el pelirrubio pocos segundos atrás, y le devolvió el guiño del ojo, para que supiera que no le diría a nadie. Dejó escapar una pequeña risa por sus labios y miró distraídamente hacia el otro lado del pasillo. Verdaderamente, tenía muy pocas ganas de ir a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas; le parecía una pérdida de tiempo ¿Cuándo jugaría con dragones? No sabía siquiera por qué la había tomado. Era simplemente una asignatura molesta.
- ¿Y qué harás ahora? – pregunto, jugando con su cabello, ahora que estaba más ordenado que antes. Golpeó con sus dedos los libros que llevaba en el brazo de todas las asignaturas que tendría ese día.
Valerie McFly- Prefect@ de Gryffindor
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Fecha de inscripción : 18/02/2012
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