En vísperas de luna llena. (Valerie McFly)

La castaña suspiró cansada, masajeando sus sienes. Estaba cansada, muy cansada. Pero, sinceramente, no le apetecía demasiado dormir. Quizás leer un rato, o simplemente sentarse en el sillón de la Sala Común frente al relajante fuego de la chimenea. Pero…no. Ahora que lo pensaba mejor, un poco de aire le vendría genial para aclarar sus pensamientos. Y cuando decía ‘aclarar sus pensamientos’, se refería a pensar en todo un poco, aunque claro… lo que principalmente le importaba, era aclarar sus ideas sobre el baile. No recordaba nada, o bah, casi nada; solo podía recordar que había asistido a este. Y había estado con Becca los primeros momentos. Y después nada.

Becca. Solamente de pensar en ella una punzada de preocupación le oprimió el pecho. No había hablado con ella desde entonces, ni la había visto, ni se había enterado nada de nada a cerca de ella. Bufó para después morderse el labio inferior. Y luego se percató de que estaba dirigiéndose a la Torre de Astronomía. Claro, donde iba siempre que necesitaba despejarse y donde había visto a Becca por última vez antes de dicho baile.

Luego de caminar pasillos que parecieron hacérsele infinitos, pudo divisar entre la oscuridad la bonita y antigua escalera de caracol que daba a la torre. Se sujetó de la baranda delicadamente con una mano, y se dispuso a subir silenciosamente la escalera, aunque estaba tan alterada que eso pareció imposible, porque a cada peldaño que pisaba, parecía que iba dando un pisotón. Al llegar a donde quería, la Gryffindor se acomodó su larga melena castaña, y pudo aspirar el aire fresco que tanto anhelaba. Una voz que parecía conocida le sorprendió y le avisó que no estaba sola en la torre. Al voltearse, pudo ver a un león que conocía más bien de vista, con el que no había compartido más de cinco palabras en toda su vida. – Buenas noches… Disculpa, ¿te interrumpo? – preguntó torpemente, arqueando ambas cejas en forma de interrogación.